martes, 27 de diciembre de 2011

1. Cine de zombies. 8: La eterna novedad zombie

Octavo mandamiento: Los zombies siempre aparecen por primera vez en cada película (no existían en el pasado).

Llegamos aquí a uno de mis mandamientos favoritos, ya que entra directamente en contacto con la auténtica "filosofía del cine" que ha dado título al blog y que en este caso concreto se puede llamar retroalimentación cinematográfica. Como os habréis fijado, en muchas películas los personajes citan a actores famosos o incluso títulos de otros filmes (la original serie Being Human es un compendio de esta clase de conocimientos). Por ejemplo, en una cinta de extraterrestres es normal que los intérpretes comparen a los alienígenas con el famoso 'ET' de Steven Spielberg. En esta clase de ocasiones se puede apreciar el impacto del cine en nuestras vidas, ya que producciones legendarias y actores reconocidos pasan a formar parte de nuestra propia vida a través de la cultura común de la sociedad. En esencia, y por no enrollarnos mucho aquí, ya que la retroalimentación del cine tiene su propio capítulo en La filosofía del cine, digamos tan sólo que lo que ocurre en una película puede ser tan válido para formar parte de otra diferente como la propia realidad.

La retroalimentación cinematográfica es vital en el género de terror, y para ello basta con ver cualquier película en la que aparecen vampiros. Los protagonistas de esas películas saben enfrentarse a ellos porque han visto otras películas, leido sobre el tema o simplemente porque se trata de cultura popular (Bella sabe dónde se mete cuando entra en casa de los Cullen en Twilight, y ya que hablamos de esto, cuánto bien habría hecho Wesley Snipes si lo hubieran soltado en el deprimente pueblo donde se desarrolla la acción). Por poner otro ejemplo, cualquier personaje se mostrará asustado si en la escena en la que aparece hay luna llena y se oye un aullido, pistas suficientes para saber que puede surgir un hombre lobo. Esto ocurre porque vampiros, licántropos, fantasmas, niñas endemoniadas y demás seres monstruosos del cine se han asentado tanto en nuestro conocimiento colectivo que presentarlos como novedad en una película sería absurdo.

Pero, ¿qué sucede con los zombies? Aunque más modernos, también forman parte de nuestra cultura. Prácticamente cualquier persona a la que preguntéis os podrá decir qué son y cómo matarlos. Y sin embargo, una de las leyes más respetadas del género manda que en cada película, a no ser que se trate de una secuela, los zombies aparecerán por primera vez, sin que la humanidad se haya enfrentado a ellos hasta ese momento. Por eso, en cada filme se repite la misma respuesta ante la epidemia de no muertos. Primero no saben si son sólo enfermos o heridos, después intentan matarlos y no saben cómo y finalmente descubren que hay que dispararles en la cabeza. Lo curioso del asunto es que una vez iniciada la historia, el protagonista sabe que un vampiro sólo puede ser vencido con una estaca de madera y un hombre lobo con una bala de plata, pero "que le aspen" si entiende qué es ese ser putrefacto que se dirige torpemente hacia él. Cosas del cine.

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