miércoles, 2 de noviembre de 2011

1. Cine de zombies: 5. Headshot

Quinto mandamiento: La única forma de matar a un zombie es destrozando su cerebro

"¡Dispárale a la cabeza!". Sin duda alguna ésta es la frase más repetida en cualquier película de zombies. Y es que como cualquier personaje de terror que se precie, los no muertos cuentan también con su punto débil, la única forma de acabar con ellos y en este caso se trata de destrozarles el cerebro.

Como norma de oro del género, los protagonistas que se enfrentan por primera vez a un zombie le atacan de la misma forma que lo harían con un ser humano vivo, ya sea con armas de fuego o blancas, y una vez tras otra muestran su sorpresa cuando el zombie acribillado se levanta y vuelve a la carga (en la imagen, un zombie similar a Burt Reynolds abatido en el remake 'Dawn of the dead'). Por medio del siempre efectivo método científico de "prueba hasta que funcione" terminan disparándole a la cabeza y ahí se acaba la triste existencia del no muerto. Otro gallo cantaría si los personajes supieran, antes de verlos, lo que es un zombie, pero eso no será objeto de análisis ahora sino en el octavo mandamiento.

De cualquier manera, debemos volver una vez más al cine del pionero George A. Romero para observar una apreciación sobre este mandamiento. Si bien en todas las películas de este director los zombies caían con un simple tiro a la cabeza, no es menos cierto que al menos en la segunda 'Dawn of the dead' (1978) sugiere que esto no es suficiente, y que una vez derribados, los no muertos deben ser quemados y destrozados en su totalidad.

Con esta excepeción, si es que realmente alguna vez lo fue, la norma número 5 no ha tenido apenas oposición en el mundo del cine zombie, lo que no es óbice para que nosotros nos cuestionemos tan curiosa forma de acabar con un ser que no se distingue precisamente por su inteligencia.

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