viernes, 23 de diciembre de 2011

Crítica de No tengas miedo a la oscuridad

Frase de cine

“Que no le dé la luz del sol, que no le toque el agua y, sobre todo… que no coma después de medianoche”

Hoyt Axton (Gremlins)



Crítica

No tengas miedo a la oscuridad es un gran homenaje al cine de terror de los años 80 que además no ha hecho bandera de ello para vender más entradas (al contrario que Super 8, Fright Night y otras versiones o remakes estrenados este año). Es además una película extraña porque no termina de ser un filme de terror pero tampoco busca, al menos no directamente, las gracietas típicas de la serie B, y fruto de esta aparente indecisión ha recibido un varapalo bestial por parte de los críticos de cine. Dicho esto, he de decir que a mí me ha encantado, y trataré de explicar por qué en esta crítica.

Pero primero vamos con el argumento. Como muchas cintas del género, la historia se inicia con la llegada de una pareja (Guy Pearce y Katy Holmes) y su hija (Bailee Madison) a una vieja mansión. Ambos son interioristas y han restaurado la vieja casa, que perteneció a un famoso pintor desaparecido. Mientras preparan la puesta de largo de la vivienda en una prestigiosa revista, la niña comienza a percibir unas extrañas llamadas que llegan desde el sótano.

Como veis, nada nuevo bajo el sol. De hecho No tengas miedo a la oscuridad es el remake de una producción televisiva de los 70 bastante aclamada pero que nunca llegó a la gran pantalla por su bajo presupuesto. Sin embargo, encontramos muchos más referentes en los años 80, con la llegada de las sagas de terror de bichitos: Gremlins y Critters principalmente. Dirigida por el novato Troy Nixey, cuenta también con brochazos de su padrino Guillermo del Toro, que aporta a la trama el aire de ensoñación que ya vimos en El laberinto del fauno.

Gran parte de las malas críticas que ha recibido No tengas miedo a la oscuridad provienen del hecho de que realmente no llega a aterrorizar. En ningún momento tendrás que darle la mano a tu acompañante ni taparte los ojos con las palomitas, ya que las apariciones de los pequeños y malignos protagonistas del filme se anuncian prácticamente por megafonía. Y como tampoco hay momentos cómicos, al menos no tan evidentes como en los clásicos ochenteros antes citados, pues la peli se queda un poco en tierra de nadie.

Y pese a todo, como he dicho al empezar, No tengas miedo a la oscuridad me ha gustado mucho. Puede que sea la nostalgia del cine de mi infancia (me recordó mucho a La puerta, un clasicazo para mí), o quizás ese duro inicio auténtico estilo Edgar Allan Poe o tal vez las pérfidas estratagemas de los bichitos (que por cierto, saben hablar inglés pero no se visten), con las que realmente me reí un montón. El caso es que tiene algo que me ha cautivado y por eso no puedo hacer más que recomendarla.


Recomendada para...

Góticos, interioristas y para todas aquellas (o aquellos) que odian a Katie Holmes por estar con Tom Cruise.


No recomendada para...

Niños que aún creen en el Ratoncito Pérez.


Te gustará si te gustó...

Gremlins, Critters, La puerta y los tv-relatos de miedo de los años 70 y 80.


Una excusa para no ir solo al cine...

No te puedes perder una de las explicaciones más truculentas que se han dado sobre el origen del mítico y a partir de ahora nada simpático del Ratoncito Pérez.


Una curiosidad

Ultimamente está de moda que directores de misterio y terror consagrados patrocinen a jóvenes promesas del género. M. Night Shyamalan apadrinó a John Erick Dowdle en La trampa del mal, la peli sobre un ascensor maldito. En No temas a la oscuridad Guillermo del Toro ha hecho lo propio con Troy Nixey, que hasta ahora sólo había realizado un largometraje en Canadá, Latchkey’s Lament, un cuento de hadas que mezcla imágenes reales y animadas.

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