La vida privada de Pippa Lee

Frase de cine

“Todo lo que deseabas ser soy yo, tengo el aspecto que deseas tener, follo como deseas follar, soy listo, competente, y lo más importante soy libre en todo lo que tú querrías hacer”
Brad Pitt, El club de la lucha.



Las vidas privadas de una ama de casa

Esta semana llega a nuestras pantallas un estreno extraordinario, La vida privada de Pippa Lee, un drama con tintes de comedia y moralina feminista protagonizado por Robin Wrigth Penn, a quien todos recordarán en su papel de inestable amiga-pareja de Tom Hanks en Forrest Gump y algunos pueden situar incluso en el disparatado mundo de La princesa prometida. Y el filme resulta fuera de lo común porque puede que nunca se haya producido tal acierto en la elección de los intérpretes para una película (y con acierto no quiero referirme a que el trabajo final resulte correcto, es más bien flojillo), dado que se produce una curiosa coincidencia entre el mensaje de la cinta y la carrera de los actores que aparecen e incluso de su directora.
Me explico. La vida privada de Pippa Lee (cuyo título original en inglés dice en realidad Las vidas privadas…, un plural mucho más adecuado) narra la historia de una ama de casa de mediana edad bastante corriente bajo cuya fachada se esconde una mujer con un turbulento pasado. La directora Rebeca Miller, también guionista y escritora de la novela en la que se basa la película (es decir, que si llega a protagonizarla hace pleno), nos muestra primero a la esposa tradicional para después retroceder en su vida y enseñarnos varios escenarios previos bastante tópicos: infancia difícil, adolescencia ambigua y juventud alocada. Resulta que Pippa, en el presente casada con un anciano escritor que le ha aportado estabilidad, siempre ha vivido influenciada por las personas que estaban cerca de ella, por lo que se puede describir como una especie de camaleón vital o, si Woody Allen lo permite, una Zelig de andar por casa.
Y quién mejor que Robin para interpretar a esta complicada fémina. Recordemos que su papel en Forrest Gump es muy similar a éste, aunque aquí la mala vida no se la lleva por delante. Por otro lado, qué mayor ejemplo de decisiva influencia marital que el que ha tenido esta actriz, casada con Sean Penn, por no citar a señora Miller, esposa del no menos temperamental Daniel Day-Lewis. Julianne Moore, que interpreta a la tía lesbiana de la pequeña Pippa, aparece también en un registro que podríamos situar entre la tempestuosa ama de cada de Las horas y la desternillante artista sadomaso de El gran Lewosky. El plantel de atormentadas se completa con la atractiva reaparición de Winona Rider, cuya complicada biografía (recordemos su continuas detenciones) la hace ideal para el personaje. Fuera de esta categoría de egos complicados tenemos a un inexpresivo Keanu Reeves, a la siempre bella y competente Monica Belluci, a la acertada Maria Bello y a Alan Arkin, si bien no nos debe llevar a engaño tal profusión de intérpretes, ya que los cimientos de la película descansan por completo sobre Robin Wright, y el resto se limita a apariciones muy reducidas.




Recomendada para…

Feministas y amantes de los tele-dramas de media tarde de Antena 3 y Tele 5.


No recomendada para…

Aquellos maridos que creen conocer a su mujer y a quienes su cardiólogo les ha recomendado que no se sobresalten.


Te gustará si te gustó…

Forrest Gump (o más bien el papel de Robin Wright en esta película).
Los chicos de mi vida

Una curiosidad

La directora Rebeca Miller es hija nada menos que de Arthur Miller, unos de los dramaturgos más laureados del siglo XX, autor de Muerte de un viajante, testigo de la famosa ‘Caza de Brujas’ del senador McCarthy y esposo de Marilyn Monroe. Ahí es nada.


Una excusa para no ir solo al cine:

Drogas, lesbianismo y la fugaz reaparición de Winona Rider, ¿te lo vas a perder?