jueves, 20 de enero de 2011

Crítica de Monsters

Frase de cine

“Aún no habéis comprendido a qué os enfrentáis. Un perfecto organismo. Su perfección estructural sólo está igualada por su hostilidad. Yo admiro su pureza, es un superviviente al que no afecta la conciencia, los remordimientos ni las fantasías de moralidad. No tenéis ninguna posibilidad pero... contáis con mi simpatía”

Ian Holm, Alien, el octavo pasajero



Crítica

Ridley Scott dirigió en 1979 Alien, el octavo pasajero, la mejor película sobre extraterrestres de todos los tiempos. Desde entonces cada filme que ha intentado afrontar este subgénero ha sido irremediablemente medido bajo el baremo de la terrorífica aventura de la teniente Ripley (Siguorney Weaver) a bordo del Nostromo y ninguna ha podido resistir la comparación. Por eso, en los últimos años las apuestas más interesantes sobre el cine de alienígenas coinciden en buscar un escenario diferente, donde los marcianos no son los malos o al menos no el único peligro (Cloverfield, District 9 o La niebla son buenos ejemplos). Monsters se apunta a esta moda pero da un paso más, ya que en la primera película de Gareth Edwards, los monstruos son sólo una excusa para mostrar una historia de amor en un mar de dudas sobre el futuro que espera a los dos protagonistas.

En Monsters, el periodista Andrew Kaulder (Scoot McNairy) debe escoltar a la hija de su jefe, Samantha Wynden (Whitney Able) desde México hasta Estados Unidos. El problema es que más de la mitad del estado latinoamericano ha sido declarado zona de infección desde que hace unos años cayera una nave con muestras extraterrestres. La franja es vigilada y bombardeada constantemente por el Ejército estadounidense y el mexicano, y la población civil sufre las consecuencias. Así, como si el problema de los alienígenas sólo fuera uno más de los males de México: corrupción, mafias, emigración, … Samantha y Andrew intentan volver a su hogar mientras se preguntan qué demonios quieren hacer con su vida.

Supongo que esta altura todos los amantes de Indepedence day se estarán preguntando si tendremos batallas, infecciones marcianas o si a caso sexo intergaláctico. Pues no. Los pulpos gigantes (pues así son los bichos de Monsters) sólo son parte del paisaje en una aventura que tiene más de viaje interior que exterior, por mucho que la pareja atraviese ríos, selvas y ruinas preccolombinas. De hecho, dado el interés paisajístico, la pinta de guiris sin remedio de los protas y el método de rodaje (cámara mareante como manda últimamente los cánones) se podría decir que Monsters se asemeja bastante a un capítulo de Lonely Planet con extraterrestres, al menos tanto como Cloverfield se podría parecer a Callejeros Nueva York: especial desastres.

En fin, una propuesta interesante hecha con cuatro duros que demuestra, por fortuna, las vueltas de tuerca que aún le quedan al mundo del cine.


Recomendada para…

Seres con tentáculos, tinta negra y ventosas… y también para pulpos.


No recomendada para…

Todos aquellos que estén esperando la continuación de la saga Alien vs Predator.


Te gustará si te gustó…

District 9, Cloverfield y La niebla.


Una curiosidad

¿Cómo una cinta de bajo presupuesto ha podido recrear el escenario de una ciudad norteamericana completamente arrasada por la batalla entre extraterrestres y humanos? Pues no ha hecho falta mucha inversión. El director tiró de imaginación y rodó parte del metraje en las ruinas de huracán Katrina. Más barato imposible.


Una excusa para no ir solo al cine:

Los pulpos, ya sean extraterrestres o a la gallega, se disfrutan mejor acompañado.

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