jueves, 17 de marzo de 2011

Crítica de Nunca me abandones

Frase de cine

“¿Quiere un disco de Stevie Wonder para su hija? ¿Es qué su hija está en coma?”.

Jack Black (Alta fidelidad)



Crítica

Un internado inglés aislado del mundo, unos niños con un cruel futuro ya fijado y un triángulo amoroso que marcará la extraña y corta vida de los tres protagonistas. Nunca me abandones se estrena este viernes en España y la estela de lágrimas que dejará en las salas puede ser considerable. Sí, la historia que protagonizan Carey Mulligan, Keira Knihgtley y Andrew Garfield es en esencia deprimente, pero sobre todo bella.

El motor del filme es la relación amorosa de los tres personajes principales, mientras que el escenario de ciencia ficción que les rodea sólo marca el camino por el que deberán discurrir, sin que en ningún momento se planteen si es justo o no (y por mucho que les choque a los espectadores, en realidad esta sumisión social no dista mucho de nuestra reacción a la crisis económica, por citar un ejemplo).

Se ha convertido en una tendencia de los últimos años dibujar un decorado fantástico para reflejar problemas reales y muy actuales, como ya hizo District 9 o Monsters. Pero los paralelismos más evidentes y curiosamente más contradictorios los encontramos con La isla, de Michael Bay, producción con la que comparte temática pero a la que, afortunadamente, no se parece ni de lejos. Sin duda la elección de Inglaterra para mostrar un presente ficticio es muy acertada, tras los éxitos de V de Vendetta o Hijos de los hombres.

El director Mark Romanek ya sorprendió hace unos años con One hour photo (distribuida en España con el repugnante título Retratos de una obsesión) y ahora vuelve a mostrar que le basta el retrato sentimental de un par de personajes para armar una gran película. La banda sonora no le va a la zaga y acompaña las tristes emociones que genera Nunca me abandones.

Y el casting no podría ser más acertado. La pose presumida de Keira Knighley (Piratas del Caribe y Orgullo y prejuicio, y que sólo calmó un poco en Expiación) hace tiempo que me tiene cansado, pero es que aquí viene perfecta para su personaje. Carey Mulligan (An education y Wall Street 2), por su parte, hace una vez más del ángel que parece llevar dentro. Finalmente Andrew Garfield demuestra que pese al éxito de La red social (donde interpretaba al amigo del protagonista), está preparado para papeles mucho más complejos, lo que ya se pudo ver en El imaginario del doctor Parnassus. Complejo o no, será también el nuevo Spiderman.


Recomendada para…

Enamorados y soñadores.


No recomendada para…

Tomofóbicos (ellos entenderán por qué).


Te gustará si te gustó…

Hijos de los hombres y Réquiem por un sueño.


Una curiosidad

Para acercarse algo más del espíritu de Nunca me abandones conviene saber que el autor de la novela en que se basa, Kazuo Ishiguro, escribió también Lo que queda del día, ese genial drama protagonizada por Anthony Hopkins. Es decir, un novelista íntimo que juega con la ciencia ficción y no al revés. Y su guionista es Alex Garland, responsable de 28 días después (que marcó en renacer del cine de zombies, aunque sin zombies) y La playa. La combinación de ambas personalidades y un Romanek en estado de gracia explican la deprimente belleza de esta obra.


Una excusa para no ir solo al cine:

No vayas solo a ver esta peli o saldrás desolado.

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