viernes, 13 de mayo de 2011

Crítica de El inocente

Frase de cine

"En los viajes, como en la vida, procura no cargar con nada cuya pérdida pueda suponer un trastorno"

William Hurt (El turista accidental)




Crítica

Una de las secuencias más ácidas de la serie animada Padre de familia retrata al bebé, Stewie Griffin, junto al dibujo de Matthew McConaughey. Los dos están en un bar y Stewie no para de reprocharle que es sin duda el peor actor de Hollywood y una vergüenza para la profesión, a lo que la parodia de McConaughey responde: "Ya lo sé, soy pésimo. Yo preferiría no actuar, pero llegan los productores cargados de pasta y me dicen, Matthew, te queremos". El intérprete no se caracteriza por sus grandes actuaciones, eso está claro, pero hay que reconocer que tiene ojo para los guiones y las producciones que acepta, sabe de sus limitaciones y no se suele equivocar. Con El inocente (The lincoln lawyer) al menos ha corrido el riesgo de abandonar las comedias románticas y de aventuras, su punto fuerte, para sumergirse en el mundo judicial, un viaje del que no sale mal parado.

En El inocente, McConaughey es Mickey Haller, un abogado especializado en acortar las condenas y llegar a tratos para librar de la cárcel a delincuentes claramente culpables. Su lema, así se lo enseñó su padre, es "nunca defiendas a un inocente", ya que el bueno de Haller en realidad tiene su corazoncito y no podría soportar la carga de ver entre rejas a una buena persona. La rastrera existencia del abogado cambiará cuando reciba el caso de su vida, la defensa de un joven ricachón (Ryan Philippe) acusado de intentar violar y matar a una prostituta.

Además de Philippe (Franklyn, Banderas de nuestros padres), también aparecen dos secundarios irreductibles (Marisa Tomei, como su ex mujer; William H. Macy de detective; y John Leguizamo como el contacto con el joven acusado). El guión muestra algunos altibajos y giros tan trillados como absurdos, pero no termina de descarrillar en ningún momento porque no hay mayor seguridad que la falta de ambición. La película se mueve al ritmo que marca McConaughey, que sigue siendo más chulo que un ocho, aunque aquí se meta en la piel de un divorciado con hija que ya parece pisar el freno a su espíritu gamberro.

Una buena opción para pasar el rato, no pensar demasiado y engrosar la cuenta bancaria de este pájaro, listo donde los haya.


Recomendada para…

Presos reincidentes.


No recomendada para…

Quien deseó que McConaughey se hundiera para siempre en las dunas de Sahara.


Te gustará si te gustó…

Coacción a un jurado.


Una curiosidad

Una vez más los distribuidores españoles de la película han optado por cambiarle el título. El original era The lincoln laywer (El abogado del lincoln), que hace referencia al coche en el que Haller se desplaza por la ciudad, que conduce un chófer al haber perdido el prota el carné de conducir. La matrícula de este vehículo reza Notguilty, es decir, no culpable o inocente, todo un mensaje del abogado y el título que, finalmente, se ha elegido para comercializar la cinta en España.


Una excusa para no ir solo al cine:

Las pelis de McConaughey son para ver en pareja. Hacerlo solo o sola generaría muchas preguntas.

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