viernes, 3 de junio de 2011

Crítica de El árbol

Frase de cine

"Hijo mío, hay muchas cosas feas en el mundo. Me gustaría que no las vieras, pero no es posible"

Gregory Peck (Matar a un ruiseñor)


Crítica

Todo aquel que se haya sentado alguna vez a los pies de un árbol y haya escuchado el rumor de sus ramas mecidas al viento, entenderá de inmediato la base argumental de El árbol, una coproducción francesa y australiana que este viernes llega a nuestros cines. La historia es simple: un hombre muere de un ataque cardiaco bajo una gran higuera que preside la entrada a su casa. Tanto su esposa (que interpreta Charlotte Gainsburg) como una de las hijas comienzan a imaginar que el fallecido se ha reencarnado en el enorme árbol y se refugian en sus ramas ante la crisis que el fallecimiento supone para la familia.

La película, que cerró el Festival de Cannes 2010, está dirigida por Julie Bertucelli, que adapta una novela de Judy Pascoe. No es un filme para todos los públicos, como se puede ver, pero afronta un tema triste desde una perspectiva diferente, cargada de simbolismos. Al árbol se añade la decrépita casa en la que viven y las propias raíces de la higuera, que amenazan los cimientos del hogar. Además, la cinta comienza con una secuencia en la que se puede observar el traslado de una casa montada a través de las carreteras de Australia, lo que remarca la inestabilidad o el tránsito que retratará esta producción. Por otro lado, aunque se sabe que la trama transcurre en las Antípodas, poco más se dice del inhóspito paisaje rural en el que viven los protagonistas, lo que centra todo el desarrollo en la relación de una familia con la naturaleza, algo así como un western dramático.

El lirismo que destila El árbol, puede que en algunos momentos exagerado, recuerda al cine de Robert Mulligan o Terrence Malick. Para esta clase de película, un acierto clarísimo de la directora ha sido elegir a Charlotte Gainsburg en el papel de madre. La francesa ha demostrado más de una vez de lo que es capaz (la última en Antichrist de Lars von Trier) y de nuevo se mete en la piel del personaje haciéndolo tan creíble y atractivo como siempre. La extraña belleza de esta mujer sería quizás otro símbolo de una película que muestra más de lo que parece.



Recomendada para…

Espectadores en crisis.


No recomendada para…

Quienes esperen que "el árbol" de la peli sea un fantasma, un extraterrestre o un robot deseoso de que Megan Fox regrese a la saga Transformers.


Te gustará si te gustó…

Verano del 42 y Quién ama a Gilbert Grape.


Una curiosidad

Charlotte Gainsburg es hija de los artistas Serge Gainsburg y Jane Birkin. Gainsburg compuso la famosa canción "Je t'aime... moi non plus", aquella tan romántica y lasciva por incluir sonidos de orgasmos simulados. Y aunque al principio la cantó con Brigitte Bardot, fue comercializada con la voz de su futura mujer Birkin.


Una excusa para no ir solo al cine:

No te pierdas a Charlotte Gainsburg, una actriz en estado de gracia.

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