martes, 28 de junio de 2011

Pre crítica de Transformers 3, el lado oscuro de la luna

Transformers 3 es como ese fin de fiestas con fuegos artificiales que deja a todos deslumbrados. Si la película dura 157 minutos, la última hora es una impresionante secuencia de acción que dejará a todos los amantes de los robots con la boca abierta, con el 3D echando chispas y las explosiones combinándose con una banda sonora espectacular. Es decir, si te gusta esto, estás ante el mejor filme de la saga. Para el resto de espectadores queda el alivio de que la franquicia toca a su fin.

El director Michael Bay (Pearl Harbor) echa el resto haciendo lo que mejor sabe, escenas de acción, y dejando patente que los diálogos no son lo suyo (me pregunto si él hablará como los personajes de sus películas o es consciente de que todos ellos parecen lelos). En Transformers 3 Autobots y Decepticons siguen dándose 'pal pelo'. Los primeros están prácticamente al servicio de la humanidad (es decir, de Estados Unidos) y los otros quieren arrasar la Tierra. Y se nota que su enfrentamiento será la última batalla, porque las máquinas más mortíferas e infantiles que han generado el cine no paran de despedirse.

Shia Lebouf está otra vez correcto, pero la macizorra ha cambiado, ya no es la bella y sosa Megan Fox, sino la bella y sosa Rosie Huntington-Whiteley (ver el cartel de broma de la derecha). Junto a ellos un trio de secundarios de lujo haciendo caja y poco más: John Malkovich, John Turturro y Frances McDormand. En fin, como a uno le gusta ver de todo pese a que después se avergüence, Transformers 3 es carne de cine de verano (cambio las gafas en tres dimensiones por el sandwich de queso fundido y las pipas) y poco más, que ya es mucho.

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